Adicciones

La adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro. Se basa en la búsqueda del alivio a través del consumo o uso de sustancias u otras conductas similares.

Adicciones

Las adicciones son un trastorno mental crónico y recidivante, es decir, que alternan periodos de consumo más descontrolado con períodos de abstinencia en los que se abandona el consumo. Generan cambios en los circuitos del cerebro que provocan que la persona consuma de forma compulsiva a pesar de las consecuencias negativas físicas, psicológicas y sociales. Las adicciones incluyen diferentes tipos de drogas como el tabaco, el alcohol, los tranquilizantes y los derivados del cannabis.

Una adicción conlleva un patrón de funcionamiento desadaptativo de consumo de una droga con deterioro o malestar significativo. Esto puede llegar a afectar a todas las áreas de la vida de la persona. Normalmente se habla de adicción cuando este patrón se mantiene durante un tiempo prolongado (al menos 12 meses).

Cuando se habla de drogas se hace referencia a toda sustancia que consumida modifica diferentes funciones del organismo, tanto mentales (humor, funcionamiento cerebral) como físicas (disfunción respiratoria o gastrointestinal).

Normalmente, estas sustancias se caracterizan por pasar de forma rápida desde el torrente sanguíneo hasta el cerebro, lo que produce cambios en la conducta. Estos efectos suelen ser percibidos de forma habitual como placenteras en los primeros consumos. Como resultado de ello, muchas personas siguen tomando la sustancia, aunque sus consecuencias puedan ser negativas a medio y largo plazo.

También el término adicción se puede aplicar a las compulsiones que no están relacionadas con el consumo de sustancias. Por ejemplo, las compras compulsivas, la adicción al sexo (o sexo compulsivo), el comer en exceso, los problemas con el juego, la adicción al ejercicio o al deporte y la ciberadicción.

Los adolescentes que consumen drogas pueden comportarse mal y tener un desempeño pobre en la escuela o abandonar los estudios. Consumir drogas cuando el cerebro todavía está en desarrollo puede crear cambios cerebrales duraderos y aumentar el riesgo de dependencia.

Los adultos que consumen drogas pueden tener problemas para pensar con claridad, recordar cosas o prestar atención. Tal vez adopten malas conductas sociales debido al consumo de drogas y es posible que sus relaciones personales y su desempeño laboral se resientan.

El consumo de drogas por parte de los padres puede implicar hogares caóticos y estresantes, así como abuso o negligencia infantil. Estas condiciones perjudican el bienestar y el desarrollo de los niños en el hogar y pueden crear el marco para el consumo de drogas en la próxima generación.

Porque las personas consumen drogas

  • Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad social, estrés o depresión comienzan a consumir drogas para intentar sentirse menos ansiosas. El estrés puede ser un factor importante para comenzar y continuar el consumo, y también influye en las recaídas (es decir, la vuelta al consumo de drogas) de los pacientes que se están recuperando de la adicción.
  • Para desempeñarse mejor. Algunas personas sienten presión para mejorar su concentración en la escuela o el trabajo, o para mejorar sus habilidades deportivas. Esto puede ser un factor para quien decide probar drogas o continuar consumiéndolas, particularmente en el caso de los estimulantes recetados o la cocaína.

Disminuir la ansiedad. Algunas personas que sufren de ansiedad social, estrés o depresión comienzan a consumir drogas para intentar sentirse menos ansiosas. El estrés puede ser un factor importante para comenzar y continuar el consumo, y también influye en las recaídas (es decir, la vuelta al consumo de drogas) de los pacientes que se están recuperando de la adicción.

  • Por curiosidad y presión social. En este sentido, los adolescentes en particular corren mayor riesgo, porque la presión de los compañeros puede ser muy fuerte. La adolescencia es un período de desarrollo durante el cual la presencia de factores de riesgo—como los amigos que consumen drogas—puede llevar al consumo de estas sustancias.

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Señales de consumo de drogas

Comportamiento

El principal indicador de que la persona es adicta es el aumento del consumo de forma habitual. Al ser cada vez mayores las dosis, el drogadicto comienza a presentar síntomas y comportamientos como la irritabilidad, inquietud, ansiedad o paranoia, llegando hasta a padecer alucinaciones.

Cambios repentinos

Los cambios repentinos en el estado de ánimo sin razones justificadas pueden ser un síntoma clave en la detección de un adicto a la cocaína. En este sentido, los cambios anímicos van desde un estado de euforia máximo hasta una gran pena o tristeza.

Reducción apetito

El consumo de cocaína reduce el apetito, por lo que es común que coman menos. Como consecuencia, el aspecto físico se va deteriorando y comienzan a darse señales visibles en su aspecto.

Consumo excesivo

Necesidad imperiosa de consumir, de autoadministrarse la sustancia (o sustancias varias) de la que se ha desarrollado la adicción. Se utiliza la palabra “craving” para hablar del deseo persistente.

Cambios físicos

El consumo de drogas genera una serie de cambios físicos fáciles de observar visualmente, tales como daños en las fosas nasales o sangrados, sudor excesivo, tics nerviosos, dilatación pupilar…

Cambio de la morfología de la cara, con una piel nasal rojiza, con telangiectasias y punta nasal mas achatada y hundida progresivamente. Sensación de parásitos o insectos mordiendo, arrastrándose, quemándose o picando, y pueden excoriar su piel hasta que sangra.

Mentiras continuas

La necesidad de comprar cocaína o adquirirla se convierte en mentiras continuas hacia los familiares y amigos con el objetivo de justificar sus ausencias y el gasto económico de su adicción. Además, este coste económico suele conllevar deudas y problemas financieros continuos.

Efecto rebote

Efecto rebote. La persona que utiliza una determinada sustancia para tranquilizarse suele sentirse más nerviosa que antes de tomarla cuando termina su efecto, por lo que necesita volver a consumir.

Bajo rendimiento

Las adicciones suelen conllevar una mayor distracción y una bajada de rendimiento en el trabajo o, en el caso de los adolescentes, del rendimiento académico. También la cocaína y la marihuana afectan directamente al sistema psicomotor de los jóvenes. Estas, además de impedir el proceso de aprendizaje en el aula, reducen la capacidad de concentración y el interés en todo lo que hacen.

Hay maneras seguras y eficaces de rehabilitarse del trastorno por consumo de sustancias.

Encontrar la opción de tratamiento correcta puede ser la clave para un viaje exitoso hacia la rehabilitación..

A.

Consumo de Drogas

La adicción o la dependencia química (también denominada dependencia a sustancias, drogadicción o alcoholismo) es una enfermedad primaria de alteraciones neuroquímico-eléctrica del cerebro en el sistema nervioso central, caracterizada por la compulsión, la pérdida de control y la tendencia a la recaída.

La enfermedad afecta todo el cerebro. Concretamente, genera un desbalance en los neurotransmisores del sistema límbico (con énfasis en el núcleo acumbens) y en los circuitos mesolímbicos dopaminergicos en la parte del cerebro que controla los instintos animales primarios (comer, beber, sexo, etc) y el centro de la auto-preservación de la especie).

La destrucción de la química natural que ocurre con el uso repetitivo de las sustancias hace que el cerebro, equivocadamente, busque, en la sustancia, el equilibrio de los neurotransmisores desbalanceados.

El consumo o uso indebido de drogas incluye:

  • Esteroides anabólicos
  • Cocaína
  • Heroína
  • Inhalantes
  • Marihuana
  • Metanfetaminas

H.

Factores de Riesgo

  • Su biología: Las personas pueden reaccionar a las drogas de manera diferente. A algunas personas les gusta la sensación la primera vez que prueban una droga y quieren más. Otros odian cómo se sienten y nunca lo vuelven a intentar
  • Problemas de salud mental: Las personas que tienen problemas de salud mental no tratados, como depresión, ansiedad o trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen más probabilidades de volverse adictas. Esto puede suceder porque el consumo de drogas y los problemas de salud mental afectan las mismas partes del cerebro. Además, las personas con estos problemas pueden usar drogas para tratar de sentirse mejor
  • Problemas en el hogar: Si su hogar es un lugar poco feliz o lo era cuando era niño, es más probable que tenga un problema de drogas
  • Problemas en la escuela, trabajo o al hacer amigos: Puede usar drogas para distraerse de estos problemas
  • Andar con otras personas que usan drogas: Ellos podrían alentarlo a probar drogas
  • Comenzar a consumir drogas cuando es joven: Cuando los niños usan drogas, afecta cómo sus cuerpos y cerebros terminan de crecer. Esto aumenta sus posibilidades de volverse adicto cuando es adulto.

Adicciones sin sustancia

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Ludopatía

La ludopatía es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. No todas las personas que juegan desarrollan una adicción al juego, del mismo modo que no todas las personas que beben termina siendo alcohólicas.
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Tecnologías

La tecnofilia es una adiccion en la cual el individuo siente frustración si no puede comprar un nuevo producto, incrementa su nivel de ansiedad si no tiene conexión a Internet o puede sufrir una crisis nerviosa, si su computadora (ordenador) o teléfono celular (móvil) dejan de funcionar.

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Compras

Fomentado por padres que no han sabido establecer límites a tiempo y han tratado de aportarle todo a sus hijos, los menores se acostumbran a un nivel de gastos muy alto y la compra compulsiva de productos de marca.

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Sexo

La adicción al sexo se refiere al conjunto de conductas de carácter compulsivo dirigidas a mantener relaciones sexuales que el sujeto es incapaz de controlar. El impulso incontrolado se traduce en una conducta sexual breve, frecuentemente poco satisfactoria, que se repite con intervalos variables siempre cortos (entre algunas horas y escasos días). Con ayuda de un tratamiento de adicción al sexo se puede superar esta adicción.

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Nomofobia

Es un trastorno de ansiedad asociado al miedo de quedarse sin teléfono móvil, ya sea, cuando se le agota la batería, se queda sin cobertura, no se encuentra el dispositivo móvil o se es separado de él.  La nomofobia es un nuevo tipo de fobia causada por la actual dependencia excesiva al teléfono móvil o dispositivos afines convirtiéndose en “esclavos del celular”.

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Comida

Igual que las drogas, algunos tipos de alimentos (azúcares refinados, harinas refinadas, grasas, lácteos…) aumentan los niveles de producción en el cerebro, de un neurotransmisor llamado dopamina, que crea la sensación de bienestar. Una vez que las personas experimentan placer, se asocia el aumento de la dopamina en el circuito de recompensa del cerebro, por eso al comer estos alimentos aparece la necesidad de comer más. Se anulan las señales de satisfacción, por lo que la persona adicta sigue comiendo incluso cuando ya no tiene hambre.

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Prevención del suicidio, Atención a las adicciones, Víctimas de violencia, Crisis emocional, Desesperanza,

Prevención

1. Fomentar la autoestima

Desde la infancia los padres deben estar atentos a la forma en que se desarrolla la autoestima de sus hijos. Es importante acompañarlos, quererlos, entenderlos y en todo momento comunicarse con ellos.

Hay que adoptar medidas que estimulen que el niño tenga un buen concepto de sí mismo, lo que es un factor que tiene un gran impacto en la autoestima.

Un joven con una buena imagen de sí mismo y una buena sensación de autovalor tiene menos riesgos de recurrir a las drogas, mientras que una baja autoestima por factores como un bajo rendimiento escolar, es una causa que lleva a muchos jóvenes a la adicción.

2. Mantener una buena comunicación

Mantener un buen canal de comunicación con los padres es una forma de reducir el miedo y la incertidumbre de los hijos frente a todos los cambios que ocurren en su cuerpo y en su mente en la adolescencia.

3. Estimular que tengan una conducta responsable

Es muy importante aportar valores. Tanto la escuela como la familia deben enseñar e inculcar unos valores que el adolescente debe crear como propios.

4. Conocer las actividades que realiza tu hijo y fomentar actividades de ocio

Si bien en esta etapa los adolescentes tienen muchas actividades fuera del hogar, es necesario que tengamos conocimiento del entorno del adolescente. No hace falta ejercer un control exhaustivo sobre los hijos, pero debemos saber quiénes son sus amigos, los lugares que frecuencia, sus actividades porque no sabemos de qué manera pueden llegar los malos hábitos y costumbres en su vida. Crear buenas relaciones entre el grupo de iguales, familia y colegio es fundamental también para detectar problemas.

5. Hablar sobre las drogas

En ocasiones este puede ser un tema difícil de tratar, pero hay que hacerlo lo antes posible.  El adolescente necesita de una total información sobre el tabaco y otras drogas desde el colegio o el instituto y desde casa. Es la sociedad en general quien debe también educar e informar sobre los peligros que suponen el uso repetitivo de estos hábitos.

Tratamiento farmacológico

Los tratamientos farmacológicos son muy diversos y tienen también objetivos variados. Hay varias familias de medicamentos que se usan de manera habitual para tratar las adicciones.

  • Fármacos agonistas para sustituir la droga. Esto se puede hacer por un período corto de tiempo para facilitar lo que se llama la desintoxicación (como es el caso de los tranquilizantes para la desintoxicación de alcohol). O bien, por un período largo de tiempo, lo que se denomina programas de mantenimiento (los más conocidos son los programas de mantenimiento con metadona).
  • Fármacos antagonistas. Estos, en cambio, bloquean los efectos de la droga e impiden que se manifiesten sus efectos como es el caso de la naltrexona, que bloquea la acción de los opioides.
  • Fármacos anticraving y antipriming. En el ámbito del alcohol se han desarrollado medicamentos que reducen el deseo de consumir (efecto ‘anticraving’), como es el caso del acamprosato, y también moléculas que reducen la tendencia a perder el control del consumo (efecto ‘antipriming’) como es el caso del nalmelfeno.
  • Psicofármacos. Es importante reseñar que el consumo de drogas se asocia con mucha frecuencia a trastornos psíquicos y, por tanto, es muy habitual que en el proceso de recuperación el paciente tenga que tomar psicofármacos, especialmente antidepresivos

Tratamiento psicológico

Los tratamientos psicológicos pueden ser tanto individuales como familiares o grupales. Estos tratamientos buscan el empoderamiento del paciente mediante un abordaje motivacional y son, generalmente, muy útiles para adquirir habilidades, tanto para evitar posibles recaídas como para afrontar las circunstancias cotidianas sin usar sustancias psicoactivas. Asimismo, permiten que de forma progresiva el paciente entienda y acepte la enfermedad que tiene, lo que le facilita una mejor actitud ante la adicción. En este último aspecto, los tratamientos grupales tienen una especial relevancia.